poema 8 de pablo neruda
Poema 8 de Pablo Neruda
Siempre
te recuerdo
como eras en el último otoño.
Eras la boina gris
y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban
las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían
en el agua de tu alma.
Abrías lentamente
las últimas granadas.
Mostrabas la piel suave,
los labios de granizo.
Perdido en la penumbra
del tardío ocaso,
envuelves en tus brazos
un racimo de estrellas.
En el silencio de la noche,
miro tus ojos negros,
como la noche en el agua.
En el silencio de la noche,
te busco como antes,
tu voz y tu cabello.
Papá, mi papá,
mi papá, mi papá.
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